Crónicas de 5kg de más y descanso de menos

Otra de las tantas paradojas del ser humano: las vacaciones. 

Ansiadas por la necesidad de descanso y cuidado, ¿verdad? Y hacemos justo lo contrario, porque acumular todos los «planes de ocio» de un año en dos semanas o un mes (aquí llega la carcajada cargada de odio y pena de l@s que ni siquiera llegáis a tener 2 semanas de vacaciones) nos lleva, precisamente, a un cansancio y su consecuente mal humor, que no hay comida, helado o mojito que lo consuele. Total, esta mañana ya desayuné tostada con aguacate y salted caramel y tampoco me consoló el dolor de espalda de haber hecho una cola de 2 horas para entrar a una playa y otra hora y media para comer en el chiringuito.

Cuando llego al hotel con encanto, o como lo llaman ahora, charming & chic hotel, se me siguen ocurriendo instantáneas perfectas, pero tengo el Instagram lleno de charming places and hotels. Además,  el pantalón corto ya ni me entra…pero ¿Cómo no iba a probar las papas bravas de este restaurante al que vino mi hermana? Son las mejores del pueblo.

Y yo me pregunto…  ¿el objetivo de las vacaciones no era cuidarse de las prisas y el maltrato al que sometemos al cuerpo y, sobre todo, descansar? Volvemos a exigirnos demasiado, volvemos a no escuchar que lo que necesitamos puede ser dormir mucho, o hacer deporte disfrutándolo y no «porque toca». Soy una de las más acérrimas defensoras del disfrute del chiringuito, la fabada asturiana y las casas rurales, por eso esta reflexión empezó con un sentimiento de frustración por tener que acumular y hacer a la vez lo que no puedo hacer en un año. También empezó con enfado hacia este sistema laboral que nos «obliga» a este ritmo frenético y a dejarlo todo «para cuando tengamos tiempo». Pero, a medida que lo escribía, mi sensación ha cambiado.

 Señoras y señores, den la bienvenida de nuevo a las expectativas, que vienen con todo lo que se desea e idealiza para enseñarnos que quizás el truco no está en acumular todo el ocio en dos semanas ni en pasármelas en casa durmiendo y haciendo deporte, sino en encontrar momentos todos los días en los que se goce, para no dar tanta responsabilidad a las dos semanas de vacaciones.